INNOVACION EN EL EMPRENDIMIENTO

Se ha insistido durante mucho tiempo sobre la trascendencia que tiene para el desarrollo del país la capacidad para generar nuevas fuentes de trabajo a través de la incorporación de negocios que permitan dinamizar la economía en sus diferentes sectores. Según resultados del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2012, Ecuador es el país más emprendedor de América Latina con un porcentaje de 26,6% seguido de Chile con el 23% y Colombia con el 20%. Estas cifras, si bien son alentadoras para el desarrollo de esta actividad, también invitan a la reflexión sobre el tipo de emprendimientos que se desarrollen. ¿Qué nivel de diferenciación manejan estos nuevos negocios?, ¿Existe algún tipo de ventaja competitiva que las distinga unas de otras?, ¿Se han generado productos o servicios que efectivamente se distingan de los ya existentes?.

Iniciar una actividad empresarial por naturaleza genera incertidumbre, por lo que, se debe minimizar el riesgo a través de una propuesta diferenciadora dentro de un mercado cada vez más competitivo. En este contexto, la innovación se constituye en una herramienta fundamental para dicho propósito, desarrollando propuestas con alta generación de valor y competitividad. Productos y servicios innovadores que generen experiencias memorables con los clientes va a permitir que los nuevos emprendimientos puedan desarrollarse, mantenerse y crecer a lo largo del tiempo.

Emprender no es solamente crear una nueva empresa; emprender es romper esquemas, cambiar modelos mentales, ir contra la corriente. Emprender es buscar nuevas formas de hacer las cosas. Para emprender por lo tanto es fundamental el innovar. Solo la innovación brindará ese ingrediente sustancial para garantizar el éxito de toda aventura empresarial. El contexto actual es favorable para el desarrollo de nuevos emprendimientos, la innovación se constituye en un elemento crucial para el crecimiento del país. El cambio en la matriz productiva, el nuevo código de la producción, el Plan Nacional para el Buen Vivir, entre otros, favorecen el desarrollo de nuevos proyectos que permitan a los emprendedores generar ideas productivas y altamente diferentes que beneficien a su núcleo familiar, a la sociedad, a los sectores vulnerables y al país en general.